¿Podar en cuarto menguante y hacer injertos en cuarto creciente? ¿Sembrar lechugas y tomates en cuarto creciente y zanahorias y remolachas en cuarto menguante? ¿Qué hay de verdad en las prácticas agrícolas ligadas al ciclo lunar? El debate es tan antiguo como la misma agricultura.
Es de todos conocido que la luna cumple un papel fundamental en el movimiento de las mareas, pero ¿tiene algo que ver con el desarrollo de las plantas? ¿Deberíamos, por tanto, guiar los trabajos del jardín y el huerto según el ciclo lunar? No hay una respuesta clara, desafortunadamente. Sin embargo, lo cierto es que a lo largo y ancho del planeta existen en casi todas las culturas costumbres agrícolas que toman la luna como guía a la hora de sembrar, cosechar, podar, abonar o segar los campos.
Las recomendaciones basadas en el calendario lunar se pueden usar como referencia, sin olvidar que en ningún caso constituyen verdades absolutas y que habrá que contrastarlas con la práctica real.
¿Superstición, conocimiento tradicional basado en la observación de la Naturaleza? Es difícil de decir. Se trata de un controvertido debate, tan antiguo como la propia agricultura. Empecemos por preguntarnos de qué manera podría la luna afectar al crecimiento vegetal. Se habla principalmente de dos tipos de influencia. La primera sería la atracción gravitacional, la fuerza que mueve las mareas; en teoría, afectaría de modo similar a la savia de las plantas, moviéndola cíclicamente de arriba a abajo y estimulando alternativamente la parte aérea y las raíces.
El segundo tipo de influencia sería la luz que refleja la luna. Quienes sostienen esta teoría afirman que las plantas son sensibles a esa iluminación por lo que tendrían mayor actividad en las fases más cercanas al plenilunio.
Existen numerosas recomendaciones basadas en el calendario lunar que se pueden usar como referencia, sin olvidar que en ningún caso constituyen verdades absolutas y que habrá que contrastarlas con la práctica real. Un buen consejo sería hacer el experimento de plantar una misma especie en el momento adecuado del ciclo y en otro menos propicio y sacar nuestras propias conclusiones. La influencia de luna, por más real que sea, no invalida otras muchas variables que pueden ser tan importantes o más, como la temperatura, humedad, calidad del suelo, orientación, vientos, época del año, interacción con otros seres vivos y un largo etcétera. En definitiva, tal vez sería bueno entender el ciclo lunar como un factor más a contemplar en la a menudo compleja pero siempre enriquecedora tarea de cultivar nuestras plantas.
Sintoniza tu huerto con el ciclo lunar
Si quieres probar a sintonizar tu huerto con los ciclos de la luna aquí van algunos de los consejos más extendidos:
• Sembrar: Ver columna de la derecha
• Plantar: El periodo inmediatamente anterior a la luna llena se considera particularmente húmedo en el sustrato, por lo que sería el más adecuado para plantar y sembrar en tiempos de escasez de agua. Por esto mismo, si el terreno tiende a encharcarse no se recomienda el laboreo.
• Injertar: Ver columna de la derecha.
• Podar: Debe hacerse en luna menguante para evitar el sangrado.
• Esquejar: Los esquejes se suelen obtener cuando la luna está decreciendo. La explicación es que, al haber menos agua en los tejidos, las hormonas responsables de la aparición de nuevas raíces se encuentran más concentradas, lo que favorecerá el éxito de esta técnica.
• Abonar: Según el calendario lunar, el abonado debe efectuarse durante la fase creciente porque entonces las plantas absorberán mejor y más rápido los nutrientes.
• Cosechar: Muchos prefieren realizar las cosechas cuando la luna está menguando en la convicción de que así los frutos tendrán menos líquido y resistirán más y mejor el almacenamiento. 🌳🌷🌳
Fuente: www.verdeesvida.es