Los abonos orgánicos son materia orgánica de origen vegetal y/o animal en descomposición por acción de millones de microorganismos beneficiosos que liberan sustancias nutritivas que las plantas pueden asimilar. Cumplen una importante función en el jardín, el huerto y el césped. Sirven para enmendar el terreno, es decir, mejorar su estructura y textura aumentando su esponjosidad y capacidad de retención de agua, pero también como abonado de fondo antes de la plantación o como abonado de cobertera a lo largo del cultivo. 🌳🌷🌳
El abonado que proporciona a las plantas el nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y demás macro y micronutrientes que necesitan para vivir puede ser de origen químico —sintetizado en un laboratorio— o provenir de restos de materia de origen vegetal y/o animal: estiércol de herbívoros (caballo, cabra), guano, vinazas de remolacha, compost de restos vegetales, humus de lombriz…
Según la calidad del suelo, las enmiendas se llevan a cabo unas dos veces al año, entre mediados del otoño y la llegada de la primavera, según el estado y la naturaleza del terreno.
En tu centro de jardinería los encontrarás en distintas presentaciones: en sacos (mantillo), pero también granulados y líquidos. Los abonos orgánicos son, en su mayoría, fertilizantes complejos que aportan, además de los nutrientes esenciales, vitaminas, hormonas y sustancias con propiedades antibióticas.
Enmiendas para optimizar el suelo
Los abonos orgánicos compostados se han utilizado desde siempre para enmendar el suelo. Al aumentar la cantidad de materia orgánica del sustrato del jardín y el huerto mejora su estructura, es decir, gana capacidad de retención de agua, nutrientes y calor. Las enmiendas orgánicas contribuyen a aglutinar los suelos arenosos, y a disgregar y airear los suelos arcillosos o apelmazados confiriéndoles una mayor porosidad. Pero, además, revitalizan el suelo y ayudan a recuperar los terrenos dañados por el uso reiterado de abonos químicos favoreciendo la actividad microbiana típica de los suelos biológicamente activos.
• Para bajar el pH del suelo: Las enmiendas también se pueden utilizar para acidificar el pH en terrenos calcáreos, característica que presentan los suelos de muchas zonas de España; en este caso puedes usar también turba o compost de corteza de pino, pero no son abonos orgánicos.
• Cuándo enmendar: Según la calidad del suelo, las enmiendas se llevan a cabo unas dos veces al año, entre mediados del otoño y la llegada de la primavera, según el estado y la naturaleza del terreno.
Abonado de fondo para alimentar a las plantas
El abonado de fondo se aplica antes de la plantación con el objetivo de recuperar los nutrientes extraídos por el cultivo anterior, o para ayudar a que las plantaciones nuevas se asienten. Se pueden usar abonos orgánicos bien compostados, pero también granulados y los llamados de liberación controlada, cuyos nutrientes se presentan envueltos en una gelatina que se deshace con la humedad y el calor poniéndolos a disposición de la planta (actúan a lo largo de tres a 12 meses).
El abono debe quedar bien mezclado con la tierra; para ello, lábrala a conciencia hasta conseguir una mezcla homogénea (con escardillo si el terreno es pequeño; con azada o motoazada si es grande). Es importante enterrar el abono orgánico para impedir que el sol evapore el nitrógeno que contiene. Aplica la cantidad que recomiende el fabricante.
• En los parterres del jardín: El abonado de fondo se lleva a cabo a partir de mediados de septiembre para preparar la tierra donde se van a cultivar las plantas de temporada.
• En los bancales del huerto: Aplícalo en octubre, antes de plantar las hortalizas que cosecharás en los próximos meses.
• En la plantación de árboles y arbustos: Los abonos orgánicos se pueden mezclar con la tierra del jardín para mejorarla en una proporción que no debería superar el 5% del volumen total.
Abonado de cobertera El abonado de cobertera se utiliza a lo largo del cultivo para aportar nutrientes específicos para ciertos procesos, como floración, cuajado y engorde de los frutos. Se puede aplicar directamente sobre la superficie del sustrato o, si se prefiere, mediante una pequeña labor con una azadilla para que se mezcle mejor (teniendo cuidado de no dañar las raíces de los ejemplares); riega a continuación. Puedes usar abonos orgánicos compostados o granulados; los líquidos se lavarían muy rápidamente.
• En la huerta: Aplícalo antes de la plantación de nuevos cultivos y durante los meses de otoño-invierno en plantas ya asentadas.
• En macetas o pequeñas superficies: Espolvorea el abono orgánico por encima del sustrato en poca cantidad.
• Tras la poda: También se aplica abono orgánico después de podar árboles, arbustos (setos, rosales y ornamentales en general) y trepadoras en otoño e invierno. 🌳🌷🌳
Fuente: www.verdeesvida.es